Perdón si por mis ojos no llegó
mas claridad que la espuma marina,
perdón porque mi espacio
so extiende sin amparo
y no termina:
monótono es mi canto,
mi palabra es un pájaro sombrío,
fauna de piedra y mar, el desconsuelo
de un planeta invernal, incorruptible.
Perdón por esta sucesión del agua,
de la roca, la espuma, el desvarío
de la marea: así es mi soledad:
bruscos saltos de sal contra los muros
de mi secreto ser, de tal manera
que yo soy una parte
del invierno,
de la misma extensión que se repite
de campana en campana en tantas olas
y de un silencio como cabellera,
silencio de alga, canto sumergido.
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